Muchos pensamos rápidamente que la vida viene desde que estamos en el vientre de nuestra madre, pero, miremos fijamente la línea de tiempo y veremos que para que tuviéramos vida, alguien tuvo que morir.
Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
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