Ilustración basada en 1 de Juan 2:1 que dice: Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
Al decir abogado, me imagino a alguien de traje, ahora, si Jesucristo es nuestro abogado, pues me imagino a Cristo con su súper traje de alta costura. Es tan sólo una ilustración, no se lo tomen personal. Jesús es mi todo.
No importa la falla que hayas tenido o el pecado que hayas cometido, Jesucristo puede abogar por tí si se lo permites, es un abogado de primera, no he sabido que haya perdido algún caso, por más difícil que se la hayan puesto. ¡Buena esa!
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